La Pasión de La Iglesia de Cristo
Así como Cristo fue desfigurado por tantos golpes de tal forma que era irreconocible, así veo a la Iglesia golpeada por tanto pecado.
Así como en su cabeza fue puesta una corona de espinas y fue vituperado, increpado, escupido y hecho burla, veo a la Iglesia golpeada por tanto pecado.
La Iglesia está irreconocible por tanto desprecio a Cristo Eucaristía, Verbo encarnado hecho Pan en la Misa, manoseado, menospreciado, hecho burla, por tanto pecado.
La Iglesia ya no se ve como aquellos días en que Jesús era amado y buscado por todos para recibir salud del alma y el cuerpo, cuando el Verbo hecho Pan era adorado como a Dios mismo, pero ahora es tratado con toda irreverencia, burlado, sin respeto, en la misma forma que el crucificado camino al Golgota, cargando una cruz pesada, escupido, y sumamente desfigurado.
Oh santa iglesia amada, cuerpo de Cristo vituperado, tanto pecado te ha desfigurado y dejado irreconocible. Los gentiles hollan el Atrio y la abominación desoladora quiere acabar con el misterio pascual matando a los dos Testigos, el Pan y el Vino, cuerpo y sangre de nuestro Señor, Verbo hecho Pan y Vino. Hasta cuándo será tu sufrimiento, cuando la Bestia que sale del abismo dará la muerte a los Dos Testigos, y la Abominación Desoladora estará en el Templo, día terrible cuando no estarás ya en medio de nosotros.
No obstante, creemos en ti y en tus palabras, y así como resucito Cristo, lo harán los Dos Testigos, el Verbo hecho Pan y Vino, y ese día glorioso volverás a resplandecer y a alumbrar nuestros corazones y nuestra alma. No obstante, iglesia Santa y amada, cuerpo de Cristo inmolado, contemplamos tu pasión en este día, cuando una cruz burda, de alcornoque, lo poco que queda, sufre los ataques del maligno, tal cual profetizaron los niños de Garabandal, esperamos que después de la muerte de Papa Benedicto sea San Pedro quien nombre al sucesor, pues como dijeron los niños de Fátima, van a morir tantos que no habrá quórum para el Cónclave después de la gran devastación y el gran terremoto que sacudirá el mundo entero, la obscuridad que se ceñirá sobre el planeta y la esperanza de tu Cruz en las alturas nos dará una esperanza. Elí, Elí, lama sabactaní. Donde estás Señor, ven en nuestro auxilio.
Esperamos en ti, en la resurrección de tu Cuerpo, en la restauración de tu presencia en medio de nosotros, Verbo hecho Carne y Pan, no nos abandones, y si te vas, que solo sean tres días, pues la Tierra no podrá aguantar más tiempo sin tu presencia en medio de nosotros, Dios con nosotros, Emmanuel.
María corredentora, señora de todos los pueblos, mediadora de todas las gracias, ora para que la gloria de nuestro Señor sea restaurada en medio de nosotros, para que la Eucaristía reine con la dignidad del Dios omnipotente y creador en medio de nosotros, como es él, pobre, humilde, sencillo, Panis Angelicus, te queremos y te vemos o Verbo encarnado, hecho Pan en medio de nosotros, en el Altar de la Misa, Sacrificio Perpetuo.
Ven Señor Jesus pronto, no te tardes en socorrernos, te acompañamos en este camino tan doloroso, la Pasión de la Iglesia de Cristo, la Pasión de la Eucaristía, estamos contigo y como San Juan y Santísima María estamos a tu lado en la ora de tu muerte, y así de desfigurado como te han dejado en esa cruz de alcornoque, sin forma, creemos vivamente que eres Dios y decimos, bendito aquel que viene en nombre de Señor, bendita Eucaristía, Verbo de Dios hecho Pan.
Amen.
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