Los ricos tienen todo lo que necesitan, y una cosa que no les hace falta es el dinero, pues con dinero, o sin dinero, tengo siempre lo que quiero (y mi palabra es la ley).
Una piedra en el camino, me enseñó que mi destino, era rodar y rodar. Después me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar.
Give to Caesar what belongs to Caesar... Money. I don't want, or need money. I have everything I want/need. I'm rich!
Los pobres tienen dinero, el dinero de Caesar, las deudas de todos; pues el dinero no es otra cosa que deuda. El dinero es una religión, donde la gente funciona en un sistema donde deben, o tienen la deuda de otros, pero en verdad no tienen nada. ¿Por qué no tienen nada? Pues porque el dinero es de Caesar, o el reyezuelo de turno, y todo le pertenece a él.
¿Qué es el dinero? Un papelito lleno de promesas intangibles y volátiles, que era sostenido por el oro, y ahora por el petróleo, según dicen.
¿Quién dice cuánto vale el Dollar? OPEC pone el precio al dólar desde 1973, el embargo.
¿De quién es el dinero? Del Caesar, de la religión del dinero, cuyo sacrificio es incrementar el dinero (profit).
Es como una pirámide que se infla con una ilusión de tener más numeritos. Es una obsesión compulsiva donde los ceros son todo.
El mercado de derivatives, cuyo valor imaginario es de 1,400,000,000,000,000, es la mayor ofrenda a este dios tan apetitoso. Equivale a 200,000 USD por persona en el planeta. O sea, es un cuento chino en el cual todos ponen su fe, como si fuese dios. (Y pensar que luego critican a los que creen en los evangelios y en Jesus... Hilarious.)
Mi respuesta a los seguidores de la religión del dinero es: despierta del cuento, de la ilusión de acumular papelitos llenos de numeritos que no sirven para nada; e imagina, como quizás hubiese dicho John Lennon:
"Imagine there is no money, it's easy if you try."
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