De que nos sirven los reyes de las naciones cristianas si se han olvidado de los calostros, en efecto, la leche que mamaron sus antecesores.
Isabela y Fernando católicos eran reyes que representaban a los pueblos cristianos. No obstante, la monarquía de Juan Carlos aprobó el aborto. Y así cuando aprobó el aborto, deslegitimó la monarquía y la corona.
De que nos sirven reyes “cristianos” que apostatan de la fe, dedicándose a matar niños inocentes. ¿Para que sirve la monarquía, si no defiende la vida de cristianos, sino por el contrario, aprueba la barbarie?
Cataluña es donde comienza la caída de una monarquía que no tuvo cojones para defender la vida. Juan Carlos dejó como herencia la caída de la monarquía, que olvidó sus calostros.
Europa, pobre de ti. Sin hijos para sustentar la economía, y ahora necesita inmigrantes que a bombazos le otorgan los señores de la guerra. Los reyes de las naciones cristianas de Europa, callados y cobardes, dejando que despojen de neonatos sus pueblos. Pues que no se quejen si Europa queda descristianizada, subyugada, islamizada, irreconocible. Ellos mismos, los monarcas, por falta de huevos, permitieron el genocidio de neonatos.
Me recuerdan a aquel profeta montado sobre la burra que se oponía a tal barbarie. Profeta que dijo a Europa que todo estaba bien, que matando niños no pecaban.
No pongo toda la culpa a ellos, pues se vendieron al más grande cazador de humanos que ha existido sobre la tierra: George HW Bush, aquel que por medio del Fondo Monetario Internacional otorgó dinero y poder a naciones y reyes que implementasen políticas de control de población. Esa bestia, cazadora de humanos, que lleva como trofeo de caza a mil cuatrocientos millones de niños ejecutados en estos nuevos campos de concentración.
Que Europa no se queje, y que con gratitud acepte a los inmigrantes que necesita la población para continuar viviendo.
Los que no quisieron sus propios hijos, ahora tienen los hijos de los pueblos de otras naciones que llegan a ofrecer sustento a una Europa que muere a causa de haber aceptado las políticas de control de población.
Pareciese que la que perdió la guerra fue Europa por su apatía a la vida, y su desprecio del evangelio, y todo por los petrodólares a cambio de sacrifico de inocentes.
Dos años importantes que había olvidado Europa, 911 y 711; que ahora les recuerdan. Y el refrán cobra vigencia: los que se olvidan de su historia, están condenados a repetirla.
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